miércoles, 30 de marzo de 2011

“Abran las puertas señores…”





2012 cada vez está más cerca  y como cada sexenio las aguas turbias de los “tapados” se mueven acomodando las mejores posiciones para este bonito juego de la política mexicana. Basta observar los periódicos y los noticieros para darse cuenta que en este país no importa el cómo, el cuándo y el dónde si de obtener candidaturas se trata. Una verdadera burla resultan las pretensiones de los ahora no muy definidos políticos.

Sólo en este país los de derecha se quieren aliar con la izquierda y viceversa para vencer a… ¿los de derecha, centro?... sepa Dios qué son. Lo cierto es que han armado un circo digno de análisis psiquiátricos, en el cual seguramente saldrían con muchos trastornos derivados de un sin fin de traumas del pasado (histórico), o bien, de su oscuro pasado (véase el pasado de Encinas en 1993). Todo esto está reflejado en el microcosmos del 2012 denominado Edomex para los “cuates”, donde se concentran grupos de poder, priistas sobre todo, importantes, y donde las “manos negras” serán un tanto evidentes, o no.

Encinas, Eruviel, Bravo Mena, los tres iguales, tal vez uno con más presupuesto que otro, más “mocho” que otro. Que corran las apuestas y que los botes de basura estén listos para tanta propaganda que sólo genera toneladas de basura cada campaña, publicidad hasta por los codos en todos los medios y formas posibles, y nada de información objetiva e importante para cambiar la situación que hoy por hoy vivimos.

Debo confesar que el chisme un tanto grillero llama mi atención, pero al mismo tiempo me indigna; ¿acaso la gente tenemos la cara o nos hacemos? ¡Digamos basta a tanta burla!, en este país hay asuntos realmente apremiantes como para que millones y millones de pesos provenientes del erario público sean desperdiciados como si se dieran en los árboles. Así que… damitas y caballeros, mucho me temo que el primer paso para cambiar esta situación es no ser indiferentes.

domingo, 27 de marzo de 2011

A ustedes, mis amigos

Esta entrada se la dedico a mis amigos, a esas personitas que están conmigo en todo momento, a los que no veo a diario, pero que cada vez que nos encontramos nos abrazamos como si en años no lo hubiéramos hecho. Como diría aquel pensamiento: son hojas de mi árbol, cada uno una hoja diferente; ciertamente muchas se han caído, pero otras renacen constantemente, algunas hojas han sido más que hojas de amistad, otras más habrán sido por elección, pero sin duda a la mayoría las puso la vida en mi camino.

Pocas veces tengo la oportunidad de expresar cuánto quiero a mis amigos; les agradezco cada momento que se han tomado la molestia de prestarme sus hombros, sus brazos, sus oídos, su tiempo, su casa, sus palabras. No puede existir mejor compañía que la ustedes, mis amigos, muy cierto es eso que son la familia que elegimos.

Podemos descuidarnos, alejarnos, conocer a mil personas más, pero siempre sabemos quiénes son nuestros amigos en todo momento, en esas pláticas interminables, en esos  momentos tristes, en esas fiestas desenfrenadas, en los momentos más difíciles, cuando estamos preocupados, cuando estamos felices, cuando nadie nos entiende, cuando nos deja un amor, cuando encontramos otro, cuando nos gusta alguien, cuando le gustamos a alguien, cuando nuestros padres se enojan con nosotros, cuando queremos huir de casa, cuando la escuela no anda bien, cuando pensamos en el futuro, cuando recordamos el pasado… etc., la lista es infinita, pero los amigos no.

Así que hoy más que nunca me he decidido a cuidar las hojitas de mi árbol como si fueran las más delicadas y en peligro de extinción que pueden existir. Espero les haya quedado claro lo mucho que los quiero y lo importante que son en mi vida.  ; )

miércoles, 23 de marzo de 2011

Un 23 de marzo...

La entrada de hoy me gustaría dedicarla a dos personajes que a su modo y en su medio fueron parte de una época que quedará para la posteridad en sus respectivos países, y que un 23 de marzo dejaron de existir físicamente. El primero Luis Donaldo Colosio Murrieta, priista, candidato a la presidencia de la República en 1994, cuyo asesinato hace 17 años caracterizó una de las etapas más críticas en la vida política, económica y social del país. Su muerte para muchos se compara a la de Álvaro Obregón; para muchos otros es el ejemplo más claro de lo que era capaz de hacer el gobierno autoritario en turno; y muchos al hablar de este caso se remiten a las teorías de la conspiración.

Sin embargo más allá de las investigaciones, entrevistas, testimonios, videos, artículos, etc., desde mi punto de vista la muerte de Colosio significa un: y si hubiera… Sé que en este país las promesas de los políticos se quedan en el tintero y que como siempre a las palabras se las lleva el viento, pero para mí la figura de Colosio (teniendo presente que yo era aún muy pequeña como para recordar ese hecho) significa algo más que un simple político con carisma. Ciertamente movilizó a la cúpula priista y a muchos otros sectores que resintieron ese “frenón” en el posible “reacomodo” de las fuerzas en este país. 

Colosio también es la cereza en el pastel de 1994 (y eso que apenas iniciaba) ya que se avecinaba la crisis económica, y para no comenzar mal el año, en Chiapas aparecía un hombre con pasamontañas que representaba al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, así es, los olvidados indígenas se levantaban en armas; el EPR secuestraba empresarios y Salinas se despedía de su controversial y flamante sexenio.  Nada es casualidad en esta vida, y en la grilla (perdón, vida) política de este país menos. Sea como sea, ya nada cambia las cosas, y desde luego la verdad absoluta no la sabemos, y puede que nunca lo hagamos. Así que un año más no hay más que un simple recuerdo, los discursos abundan, pero los verdaderos culpables siguen libres. Como hace 17 años este hecho va acompañado de aquella canción que dice algo así como: “ay la culebra…”

La segunda persona es Elizabeth Taylor, la mujer de los ojos violeta, sin duda marcó al cine taquillero, ese cine de Hollywood, que sin actrices como ella no sería el monstruo de industria que es hoy.  Con esa vida llena de dualidades, Taylor cautivó a todo tipo de público; sólo ella pudo inmortalizar a Cleopatra y sólo ella pudo tener al marido que quiso. Mujeres como ella pocas; sinceramente no soy fan de la vida de Hollywood ni de sus chismes, pero esta mujer simplemente me parece una auténtica diva de la época dorada del cine. No cualquiera gana ocho premios de la academia y pasa a ser simplemente Elizabeth Taylor. 

domingo, 20 de marzo de 2011

Domingo

Domingo para descansar, domingo de puente… que agradable resulta estar un dominguito cualquiera en el lugar que más nos plazca, con las personas precisas para disfrutar. No hay nada mejor después de una semana larga y no muy agradable que recargar pilas.
Después de todo las ocupaciones y preocupaciones diarias no disminuyen,  siempre estamos tan poco consientes de lo importante que resulta dedicarnos unas horas o unos minutos para simplemente cerrar los ojos, respirar profundamente y mantener nuestra mente en blanco. Por momentos es importante darnos cuenta que hasta el viento puede decirnos que todo estará bien, todo es cuestión de calmarnos.
Invito al mundo entero a que se relajen el día de hoy, déjense llevar por el momento y simplemente agradezcan por un día más a la vida. Por más días malos que aparezcan en nuestro camino, nunca hay que olvidarnos que la única persona que puede y debe hacer algo por lo que nos pasa somos nosotros mismos. Solos nacimos y solos nos vamos, así que solos podemos entender y aceptar todo lo que la vida nos ofrece. Y qué mejor que un domingo para empezar a hacerlo.

jueves, 17 de marzo de 2011

:S

Y así está el mundo: de cabeza. ¿Miento acaso?, no, sólo hagan un recuento,  Japón la pasa mal, Libia la pasa mal, Patricia Espinosa la pasa mal, las personas atrapadas en el tránsito la pasan mal, ustedes y yo hemos pasados momentos no muy agradables. Así es, esta entrada es una queja por los malos días de la semana, que cualquiera pudo haber tenido.

Para mí, debo confesar, que fue una semana por demás difícil en muchos sentidos, de todo me pasó, pero lo peor fue el día de ayer cuando unos individuos que no merecen mi respeto, tuvieron a bien asaltarme, usando sus técnicas de violencia poco soportables por alguien de mi complexión, lograron quitarme todas mis pertenencias. Por fortuna no me metieron un balazo y hoy puedo escribir muy tranquilamente en este espacio.

Declaro mi indignación por las semanas horribles en la vida de una persona; estoy enojada porque en un momento la vida puede agarrarte como su puerquito. Pero bueno, supongo que así pasa cuando sucede. No me queda más que rogar que sea viernes por la noche (¡por favor!), para así poder despejar la mente y recargar pilas para lo que venga.

Pero no todo es catástrofe, ya que por muy mala que esta semana haya sido, la verdad (acá entre nos), siempre hubo personitas que me la alegraron y dibujaron sonrisas en mí; gracias a ellas soporté tanta cosa y pasé momentos por demás agradables, dignos de guardar como un excelente recuerdo. Como sea, esta semana provocó que reflexionara algunos asuntos; por ello quisiera agradecer a todas las personitas que se tomaron la molestia de estar a mi lado: ¡gracias totales! (jajaja); por personas como ustedes siempre tuve presente que no estoy sola, y espero sepan que el apoyo es mutuo.  ; )

domingo, 13 de marzo de 2011

: (

La vida es un abanico de emociones, no hay ser humano que no atraviese por las más diversas, fascinantes y confusas emociones en algún momento de su corta o larga vida. La tristeza es una de esas emociones, quizá una de las más confusas e inevitables; para muchos sólo se presenta en ciertos periodos de tiempo, para otros es un estado permanente, para mí es normal sentirla cuando la situación no tiene otro remedio. Sólo cuando pasamos por la tristeza solemos valorar o dejar de hacerlo muchas cosas y a muchas personas. Así es, la pérdida de eso que era parte de la vida es la que provoca que nuestras sonrisas se desdibujen.

Perder a alguien, perder algo, puede tener muchos sentidos. Pero hay de pérdidas a pérdidas. Sin duda la muerte es la más grande pérdida por la que un ser humano puede atravesar, es la más dolorosa y la única que no tiene ningún remedio. Cuando la muerte de un ser querido se presenta nos invaden las emociones más fuertes: el enojo, el miedo, el dolor, la tristeza… en esos momentos pensamos que nos sentiremos así para siempre. Por fortuna o no, existe algo capaz de hacer que las penas se alejen y el duelo desaparezca: el tiempo, el infinito tiempo es el que realmente lo cura todo.

También existen esas pérdidas que pudieran tener algún remedio pero que por una u otra causa no se encuentra (de esas que nos hacen escribir entradas como estas –risas-); perder a una pareja, a un amigo, una meta, un sueño, son situaciones inevitables muchas veces, pero de las cuales nos levantamos, muchas veces más fuertes, para poder decir: lo que sigue. Siempre he pensado que todo es cuestión de voluntad y tiempo, pero ¿cómo duele no?, desde la ilusión más inocente a corta edad, pasando por la adolescencia, siendo adultos y un tanto más, perder a tu compañero de sueños y sonrisas duele.

Debo confesarme: siempre creí que este tipo de situaciones, como son tan normales, pasan y punto. Pero no, pasan y se sienten con todo. Nunca me había pasado (hasta ahora obviamente) así que decidí expresarlo por este medio, esperando (quizá tontamente) que alguien se sienta identificado conmigo. Sea lo que sea, pase lo que pase, me queda claro que la vida sigue, y con ella sus múltiples actividades, emociones, personas, situaciones, sentimientos… Como siempre digo: así es esto, qué le vamos a hacer. Sonreír es mi mejor opción.

Así que sonrían siempre (espero hayan notado que me encanta ver a la gente sonreír), la sonrisa es la mejor máscara de un ser humano. 

miércoles, 9 de marzo de 2011

Verborreas mentales

De nuevo aquí… otro miércoles y las tareas aumentan, pero como siempre, hay tiempo para escribir en este espacio. El punto es que, también como siempre, no sé sobre qué escribir; he leído los periódicos y la verdad hoy no tengo muchas ganas de compartirles mi impresión sobre alguna noticia puesto que, como es habitual en mí, muchas me causan indignación; y hoy señoritas y caballeritos soy una persona positiva, por lo que los corajes quedan descartados de mi vida (por lo menos las próximas 10 horas).

Que bien se siente estar de buenas ¿no?, la verdad ni el tránsito tan horrible de la ciudad por las mañanas me pudo quitar el mal humor, ni las toneladas de trabajo, ni la tarea  (wow, más días así ¡por favor!). Que lata nos damos los seres humanos, un día de buenas, otro de malas, algunos tristes, preocupados, estresados, y ya de plano cuando hay una combinación de todos hablamos de problemas mayores (en los cuales no pienso meterme, por el momento), el punto es que somos un mosaico de emociones en el asfalto.

Todo esto viene a colación por culpa de las etnografías que en mi clase de Antropología social nos dejan realizar y que han provocado que por las mañanas, durante la hora y media casi dos que me quedo atrapada en el tránsito, observe todo lo que pasa a mi alrededor, que generalmente son más vehículos. Pero no saben la cantidad de situaciones que se pueden percibir. Obviamente un poco de estrés por llegar al destino, pero también situaciones cómicas, embarazosas, ridículas, que causan indignación, que dan una especie de asco, etc. Eso sí, sólo una situación por sobre todas las cosas pueden prevalecer gratamente en el recuerdo del día: esas miradas de parte de alguno que otro conductor aventado que simplemente te levantan el ánimo (así que por favor, cuando vayan en la calle, en el transporte público, estén atrapados en el tránsito, lo que sea, no olviden sonreír, nunca se sabe con quien se pueden encontrar en el camino).

“Por qué será que todos guardan algo, cosas tan duras que nadie puede decir, y van todos caminando como en una procesión, la gente muda que no tiene corazón…” (como diría Vicentico), eso es lo que pienso todas las mañanas cuando veo a las personas que pasan, hacen caras, desvían miradas, y vuelven a pasar para ir a quien sabe donde. Muy cierto es eso de que cada persona es un mundo, unos mas explorables que otros, pero estamos rodeados de ellos, así que a darles buena cara para tener más días sin conflictos de tesis, trabajos y bla, bla, bla.

domingo, 6 de marzo de 2011

Otra de narcos


Que sorpresa me llevé al revisar el blog del narco y encontrarme con un comunicado que hacen los Carteles Unidos dirigido a Felipe Calderón y en el cual dejan muy claro que la situación por la que atraviesa el país es crítica y debe encontrar su final pronto.

En varias ciudades del norte aparecieron entre el día de ayer y hoy unas mantas con un claro mensaje te “tregua” con las autoridades federales, que entre otras cosas decía lo siguiente: “…con el debido respeto que su envestidura nos merece, y por el bienestar y futuro de las familias de México, le proponemos que el combate para eliminar al grupo criminal de Los Zetas que tanto daño hace al país, se realice mediante un frente común entre las fuerzas armadas y los Carteles Unidos”[1]

Así es señoras y señores, se pide la unión del gobierno y de las fuerzas armadas para combatir a los Zetas, y una vez eliminado este grupo se le propone al Presidente continuar con su lucha de combate al narcotráfico sólo que de forma “menos sangrienta” (de acuerdo al texto). Lo anterior sinceramente no me parece una mala idea si de eliminar a un grupo en específico se trata, finalmente la estrategia la tienen los Carteles Unidos definida. Sin embargo, me pregunto hasta dónde hemos llegado para que algo como esto, que podría parecernos cómico o impensable, se ha convertido en una realidad.

Sólo me queda preguntarme ¿por qué?, ¿a quién le conviene?, ¿qué hay en el fondo de de esto?; será acaso que la situación ya está insostenible incluso para las organizaciones ajenas a los Zetas, o simplemente son mantas que un día parecieron de la nada para causar polémica. En fin… otra de narcos.

jueves, 3 de marzo de 2011

¡Jueves!

Así es, ¡ya es jueves!... no saben la felicidad que eso me provoca (creo que a la mayoría), me encanta saber que podré tener tiempo relativamente libre para hacer algo que no sea por mera obligación, pagada o no. Porque no están para saberlo, ni yo para contarlo, pero últimamente esta cuestión del tiempo me parece tan complicada de entender, así es, de entender.

No sé a que se deba, pero de unos meses a la fecha el tiempo se me ha ido volando, ya es marzo y yo todavía tengo fresco en mi memoria el brindis de año nuevo (¡no puede ser!), por lo tanto me pregunto: ¿Qué pasa?, ¿por qué antes todo llevaba un ritmo soportable y ahora todo se vuelve acelerado?, de acuerdo a la sabiduría de mi madre la respuesta es: la edad. ¿Será cierto?

Cada vez más comienzo a creer que es cierto, obviamente recordando esos tiempos de niñez y adolescencia en los que el tiempo pasaba y pasaba y yo quería acelerarlo, y ahora (y no porque sea toda una mujer madura –risas-) lo único que quiero es detenerlo cuando siento que s eme va y nada de provecho saco. No saben cuantos dolores de cabeza me provoca pensar en que quiero hacer todo pero el tiempo me come. Así es, en ocasiones me quiero comer al mundo de un solo bocado y otras no sé ni por donde empezar.

Lo importante de toda esta verborrea mental es que una sola cosa tengo bien clara: solo se vive una vez, y el tiempo es sabio. Por lo tanto no me queda más remedio que seguir con las obligaciones, llámense tesis, trabajo, etc. pero eso si con el sabio consejo de vivir cada momento como se merece porque ya no volverá; dejar atrás los miedo es una buena opción, creer en algo lo es todavía mejor. Así que aferrémonos a algo que nos haga sentir que estamos muy vivos.