¿De qué puedo hablar una tarde de domingo, previa al concierto de Serrat, y después de una fiesta la noche del sábado?... pues de la fiesta ¿no? Evidentemente no escribiré sobre los detalles de la fiesta puesto que para ustedes mis queridos lectores son irrelevantes. Por el contrario, creo que lo que no les es irrelevante es el tema más escuchado de la noche de ayer: el amor (el amor entre hombre-mujer, mujer-mujer, hombre-hombre).
Que difícil es hablar de amor sin caer en frases cursis, o en su defecto en cuestiones de despecho y rencor. Según recuerdo, hace casi una semana la gente disfrutaba del tradicional 14 de febrero, día en que todo es “miel y dulzura” y los enamorados se demuestran cuánto se aman y se regalan cosas y se dedican canciones, etc. (nótese que soy un “grinch” en esa fecha); pero que sorpresa me llevé al notar que esa “miel y dulzura” sólo es derramada un día, que triste (risa metal), ¿por qué tiene que ser este tema tan complicado?
No sé ustedes, pero el amor nos hace a las personas un tanto bipolares, un día amamos con pasión y locura y al otro estamos que lloramos de orgullo y mandamos a aquel o aquella ingrata allá donde les platiqué; un día podemos dedicar la canción más melosa y al otro sacamos aquella que reza: “que te ruegue quien te quiera…”. Así es, la bipolaridad brota sin darnos cuenta, pero creo es justamente esa bipolaridad la que hace del amor el sentimiento, experiencia, recuerdo, etc. más significativo y valioso de nuestras vidas, y el que más nos permite conocernos y reinventarnos día a día.
Por poco o mucho tiempo que dure eso que llamamos amor, con todo lo que escuché el día de ayer, sólo me queda muy claro que lo importante es disfrutarlo, porque un día se acaba, como todo en esta vida, y si no nos quedamos con lo mejor del otro entonces estamos condenados a no saber quedarnos con lo mejor de nosotros mismos, y por lo tanto en cada fiesta donde el alcohol fluya nunca faltará aquel que dedique esas canciones “pegadoras”. Ojalá todos los días fueran 14 de febrero para que no exista gente con dolores de amor, pero como no es así, que otro remedio que dejarnos llevar por ese maravilloso y cruel sentimiento.
Ya mejor dinos ¿cuál cantaste? =P
ResponderEliminarsí sí jajaja apoyo a Don Eduardo... yo soy un absoluto fanático de la noche... amo caminar en la noche, escuchar sus sonidos, observar a los seres nocturnos... pero nnaaa mis reflexiones qué, mejor ya dinos cuál cantaste...
ResponderEliminarjajajajaja... pues todas!! digo, seré una romántica, pero me sé todas las pegadoras... jajajaja
ResponderEliminar