¿Qué encanto tiene la noche, que a muchos apasiona y a otros atemoriza?, ¿por qué en las noches suelen retratarse aquellas imágenes que dejan mucho para el amor y otras tantas para historias oscuras? Aún no lo sé del todo, pero lo único que puedo afirmar es que la noche no es para todos. A muchos el día, con poca o mucha luz es lo que les gusta, quizá porque perciben que son más productivos, o que en el día es cuando se vive, simplemente porque estamos habituados a que todas las actividades del ir y venir a diario se realizan cuando la luz del sol está presente.
¿Pero qué pasa en la noche?... la vida sigue, unos duermen, otros no mucho, otros más trabajan y algunos la usan como su gran inspiración, por obligación o puro gusto, lo cierto es que cuando cae el sol y su antagonista hace acto de presencia, cualquier entorno se convierte en el escenario por excelencia para dejar volar la imaginación y crear el mejor de los trabajos, la mejor de las novelas, o una buena canción, recordar a alguien o compartir con alguien, descansar, planear, soñar…
Todo, siempre pensando en el mañana, lo que a mi parecer hace todavía más especial a la noche, ya que por más que uno quiera que no termine siempre da la pauta para el inicio de un nuevo día. En este nuevo día podemos o no concretar en lo que se trabajó o pensó la noche anterior; si se hace que mejor, en caso contrario debemos recordar que habrá más noches para reinventarnos, para recordar y compartir; porque al fin y al cabo así son los tiempos de la vida, la cual sólo es una y hay que aprender a vivirla a cada instante.
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