En ocasiones la vida nos pone, cual baraja, muchas opciones para elegir qué hacer y qué no en lo que ésta llega a su fin, eso no significa que tomemos siempre la carta correcta y mucho menos que podamos cambiarla cuando se nos antoje; decidir por una u otra es por demás complicado, en la etapa que sea de nuestro existir. Quizá elegir las cartas es algo que hacemos toda la vida y ni siquiera nos percatamos de ello, pero sin duda cuando estamos cien por ciento conscientes de que lo estamos haciendo el peso de tal decisión se vuelve aún más relevante.
Nunca olvides que hay decisiones que se toman siguiendo eso que llamamos corazón, aunque te parezca absurdo, de verdad existe algo que no entiende de razonamiento, que por más que sepas que de pronto puede parecer irracional, y que puede durar lo que dura un suspiro, de alguna u otra forma le gana incluso a la realidad. Algunas veces, la mayoría, eso es lo que te impulsa a amar esta vida aún con todo y sus abruptas bajadas, sin duda nada es perfecto, y nada es para siempre, pero aquello que te hace sentir simplemente tú, pleno, sin ninguna preocupación, y dispuesto a tomar los riesgos que sean, es justo la carta más valiosa con la que te podrás encontrar en esta vida.
Definitivamente a las palabras se las lleva el viento, el tiempo pasa y las personas cambian de alguna u otra forma, eso si, nadie en su totalidad; lo que ahora parece la verdad, algún día cambiará. Esa es la riqueza de esta vida, nada se queda como alguna vez fue, es muy cierto que todo se transforma, y con eso que tú llamas amor pasa lo mismo. Para mí, el amor, el que realmente puede llamarse así no se acaba, ni de un día a otro, ni de una vida a otra, simplemente sufre una inmensa cantidad de transformaciones.
Lo realmente doloroso es cuando la trasformación no involucra a dos, sino a uno solo, que difícil es esa situación desde ambos lados, siempre alguien termina dando más que otro, llora más que otro, ríe más que otro, pero sobre todo lo asume diferente al otro. Pero más doloroso me resulta que teniendo conciencia de dicha transformación, ésta no sea informada al otro, así es, mil veces todo ese dolor y lágrimas que tener una carta falsa, o simplemente desgastada por el paso del tiempo.
Sé que decir: perdón, nunca es suficiente, que los recuerdos, cada momento, cada lugar, cada persona, se quedará por mucho tiempo. En ningún momento he pensado que lo mejor es olvidar, lo mejor es quedarte con aquello que alguna vez dibujó una sonrisa en tu rostro. No hay más, nada ni nadie cambia lo que está hecho. El amor, como las personas, tiene alma propia, y sólo la conoces cuando llega el momento.
En esta vida las cartas algún día te llevan a ganar un juego, o perderlo, como lo quieras ver, cuando lo ganas no cabes de alegría y el mundo es de colores, pero cuando lo pierdes, se te derrumba estando abajo, sin más, los colores se difuminan y una nube gris te cubre todo el tiempo. Por eso, porque sé que eso te pasa, quiero que sepas que nunca dejaré de estar ahí, para lo que sea (chicles, reseñas de periódico, tamales, canciones tristes y felices). Mi transformación llegó, así como la tuya pasó hace tiempo. El camino sigue, y ten siempre presente que el final todavía no se observa. Así que sonríe, recuerda con cariño y agradece cada momento, que de cada uno aprendemos algo.
No olvides que los caballos salvajes algún día se volverán a encontrar, y cercano o lejano que esté ese momento, lo único que valdrá será la sonrisa que aparezca en sus rostros. O quizá no aparezca nada y la vida nos compruebe que las cartas que hemos elegido fueron las que nos dieron el gane en el juego.
Nota: Espero que tú también leas esto, para que no te quede ninguna duda de que el miedo se fue.
No cabe duda de que TÚ has sido la mejor carta que he tenido en toda mi vida!!!...
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