Que momentos tan incómodos nos suelen pasar, espero no ser desmentida por nadie, pero creo que hay momentos en los que la hipocresía es la mejor arma que un individuo puede emplear cuando quiere simplemente evadir una situación incómoda, con una persona incómoda. Porque nunca faltan esas personas en nuestra vida que simplemente por uno u otro motivo no resultan de nuestro agrado. Típico que la vemos llegar a donde nos encontramos y queremos evadirla, si estábamos riendo de pronto en nuestro rostro se dibuja una mueca de desagrado.
¿Por qué será que somos así los seres humanos?, ¿no resultaría más fácil ser indiferentes ante semejante circunstancia? ¡No!, tenemos que hacernos teatros mentales, y nosotros mismos nos hacemos el rato más incómodo. En ocasiones son importantes nuestros teatros mentales, pero otras simplemente es como para reírse. Como sea ¿qué hacer en esos momentos?, mi s respuestas (no siempre efectivas) ante tal interrogante son las siguientes:
1.- Si es una persona que nos incómoda por un motivo no tan importante (dígase tipa que hace caras, tipo que se la pasa hablando de todo y de nada al mismo tiempo, etc.) lo que procede es el típico saludo desinteresado y una sonrisa muy “hipocritona”, hola y adiós, así de simple.
2.- Si la persona nos desagrada porque tuvimos una experiencia como para mandarla al baúl del olvido, pero por lo que sea no lo hemos hecho, entonces lo mejor es ser educado, saludar cordialmente y después ser totalmente indiferente (pero de verdad indiferente, nada de: lo digo para que lo escuches tú).
3.- Si esa persona alguna vez fue más allá y por tal motivo cayó de nuestra gracia, entonces si vienen lo s problemas, pero nada que no se solucione con pasar saliva, desviar nuestra mirada de ese individuo/a, y ocuparnos en otra cosa, estar con otras personas. Sobre todo si estamos en una reunión familiar, con amigos, en el trabajo. El punto es no morirnos del coraje.
Es importante recordar que la ventaja de vivir en esta época es que la tecnología puede hacer que momentos feos sean llevaderos. Así es, nada como enajenarse con el celular para hacernos los muy ocupados en otros asuntos; también están los benditos PSP, DS, etc. con el tamaño adecuado para llevar la distracción a cualquier lugar; los reproductores de música que siempre nos hacen que vayamos a nuestro mundo. También están los amigos, primos, tíos, etc. que amenizan el momento. No hay pretexto para pasar un mal rato, siempre hay trucos infalibles para que las cosas se nos resbalen, lo importante es usarlos a tiempo.
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