No lo puedo creer, otra vez casi olvido escribir en el blog; supongo que se debe a estas “vacaciones” que me hicieron perder el rumbo de la rutina. Todo era perfecto antes de estos días de no escuela, el estrés era parte de mi vida diaria y de pronto me lo cortan así nada más, ¿qué otra reacción podría esperar? Evidentemente mi reloj biológico se acostumbra a la buena vida, y que mejor si esa buena vida no tiene nada que ver con la Tesis.
No sé por qué, pero me doy cuenta que eso de la Tesis en el fondo (o quizá ya no muy tan en el fondo) comienza a causarme un poco de angustia, aunque mi muy estimado asesor dice que no me preocupe, para efectos prácticos se me viene el tiempo encima. Pero como la noche es larga y el café barato, ya me vi en mis noches de desvelo: mi computadora, mi café, algunas canciones de Sabina y mi soledad (pero qué dramática soy), intentando hacer el proyecto perfecto. En fin, por el momento no quiero agobiarme, porque como dice mi queridísima Mafalda: lo urgente no da paso a lo importante.
Así que lo urgente, realmente urgente, es ponerme las pilas para volver a la no tan triste pero si poco deseada realidad. Sólo imaginar que mi despertador me molestará a las 5:30 am, me pone de mal humor; en estos momentos envidio a mis queridos primitos que aún tienen una semanita de vacaciones (aunque sinceramente que horror pensar en todo el camino que les falta por recorrer) ellos tranquilamente en estos momentos ven tv o juegan con su maravilloso X-box, mientras que yo hago los pendientes escolares (si, así es, al último momento).
Espero que mi próxima semana no sea de quejas, llevo dos así, no es que me encante quejarme, pero es lo que me sucede en este momento, y como sé que por lo menos dos personas leen este espacio, pues, se los comparto.
Te acompañaré en tus noches de insomnio obligado! Estamos en las mismas :S
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