El pasado martes una mujer asumió el cargo de Directora de la policía en el municipio de Guadalupe en Chihuahua, que se localiza en el Valle de Juárez y que es uno de los más peligrosos del país por encontrarse cerca de la frontera con Estados Unidos, a unos 80 km aproximadamente. Su nombre, Marisol Valles García. Esta chica tiene apenas 20 años y aún estudia la carrera de Criminología, por lo que carece de experiencia en la administración pública y desde luego al frente de un cuerpo policiaco.
Pero ¿por qué es una noticia que llama la atención?, no porque sea mujer y esté en un cargo “reservado” a los hombres, sino por el momento en el que lo ocupa. Así es, ser policía en Chihuahua es algo delicado, o haces bien tu trabajo o te “unes” al enemigo, o bien pretendes que haces tu trabajo pero por algún motivo también trabajas del otro bando. Y para tener el cargo de Director de la policía el valor que se requiere a estas alturas es mucho; por ello declaro mi admiración por esta mujer, que a su corta edad ha asumido una responsabilidad que pocos se atreverían a tener y que además, por inocencia o por convicción, ha salido a los medios a decir que ella hará su trabajo como se debe de hacer.
Lo anterior no solamente me pone a pensar sobre la situación que se vive en el norte del país, y el grado al que se ha llegado en que nadie quiere ocupar un puesto por el que décadas pasadas se hubieran peleado por tener. Y tampoco considero esto como una competencia o superioridad entre hombres y mujeres. Así que lo único que espero es que las personas que en últimas fechas se han dedicado a controlar esa zona del país, no hagan ninguna acción encaminada a hacerle la vida imposible a esta joven, ya que desde hace algún tiempo, es bien sabido que las autoridades son ignoradas e incluso eliminadas por grupos de la delincuencia organizada para continuar adueñándose de las denominadas plazas, que desde mi punto de vista ya no tienen ni por qué pelearse.
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