jueves, 10 de febrero de 2011

Otra vez yo...

Hoy, como algunos otros días, me quedé observando a la gente en el metro y me di cuenta de la cantidad de caras de fastidio que existen, otras de cansancio, de tristeza, de rencor, de frustración, etc., caras que probablemente por las mañanas sean otras, pero que al final del día, en su mayoría, reflejan que el día no se ha vivido como se debe. Quizá por una infinidad de motivos de toda índole (trabajo, escuela, familia, esposo, esposa, amante, novio, novia, mascota, dinero...) no nos percatamos de lo afortunados que somos por el simple hecho de respirar, de caminar, de oler y percibir todo a cada paso que damos; y si es que en algún momento lo hacemos en otro se nos olvida y pasamos de lado que la vida se va volando y que tal vez esa felicidad que buscamos pase a cada instante todos los días frente a nosotros.


Por ello, no dejemos escapar cada instante que produzca una sonrisa en nuestro rostro y en el rostro de otro; ese instante que corto o duradero, nos haga sentir tan seguros de nosotros que nada más pueda valer tanto la pena. Vivamos día a día con la certeza de que (así como escribía Oscar Wilde) "...a veces podemos pasar años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un sólo instante..."

Nota: y sucede que de nuevo estoy por acá, admito que de nueva cuenta no sé sobre qué escribir, pero estoy segura que este inconveniente se resolverá con el paso de los días. Así que por el momento les dejo mi pensamiento un tanto nocturno.

1 comentario:

  1. Esa frase es una de mis favoritas y en verdad tiene toda la razón. Por lo tanto amiga mía vivamos la vida al máximo.

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