Estaba meditando sobre qué escribir en el blog en esta ocasión, y la verdad no es que no tenga temas sobre los cuales escribir, pero eso del narco lo dejaré un momento por la paz ya que aún no actualizo mi información. Pero en fin, me gustaría compartir algo que me mantiene viva en la carrera… sí, aunque no lo crean en ocasiones dudo de lo que estudio (como todos, supongo, o eso espero), pero hay veces, como el día de hoy, en que me enorgullezco de llamarme futura internacionalista, y les diré por qué.
Resulta que en cierta ocasión me encontraba rodeada de personas que estudian carreras diferentes y que por ello tienen ideas o pensamiento diferentes, obviamente todas las personas los tenemos; me refiero a la forma en que perciben el entorno, cómo interpretan las noticias y hasta dónde llega su conocimiento del mundo en general. Estábamos en una plática un poco incómoda sobre Estados Unidos y su “poder” (no me pregunten por qué hablábamos de eso porque no sé); el punto es que yo escuchaba atentamente los comentarios de todos, y la verdad al inicio eran interesantes porque al menos uno sabía que Obama no merecía el Nobel de la Paz.
Conforme hablaban el tono subía porque nadie sabía nada de nada pero bien que se contestaban, yo como siempre escuchaba y hacia corajes en mi cabecita porque quería hacerles entender que Javier Alatorre no es una fuente muy confiable como para citar abiertamente. De pronto alguien dijo: deberían existir personas que expliquen estas cosas, porque yo no entiendo qué (grosería) hace Estados Unidos en todo el mundo. Y yo me dije: momento, ¿qué no se supone que eso hace un internacionalista?... Cuando me pidieron mi opinión les dije que se lleva al menos un semestre en mi carrera estudiar a Estados Unidos y aún así lo vemos en la mayoría de las clases.
Me observaron con cierta desconfianza y continuaron peleando; en ese momento descubrí que tal vez no sepamos quitar un diente, o arreglar una computadora, o comprender la teoría de la física cuántica, pero sabemos que Osama Bin Laden no es terrorista, que Coca-Cola se acaba el agua de Chiapas, que Obama no ganó porque el mundo se va a acabar, que Rusia no es ni europeo ni asiático, que el Papa es un Jefe de Estado, que el cambio climático es culpa de todos, que Europa no es el único continente después de América, que el Teletón no lo hacen por “buena onda”, etc., etc.…
No es mi afán menospreciar a nadie, ni criticar, solamente quiero hacer énfasis en que un estudiante de la tres veces H. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales una vez que entra, cada palabra que escucha de otro, cada forma de expresarse, cada noticia, etc. es susceptible de ser criticable, le buscamos un por qué, porque sabemos que las cosas no vienen de la nada. Esto en ocasiones provoca que nos vean feo o que nos tachen de “grillos”, revoltosos”, “anti-sistema”, etc., lo cual no nos importa, porque sabemos que así como un doctor es indispensable, un internacionalista lo será (aunque parezca incierto) siempre que el mundo siga siendo tan complejo en sus relaciones de unos con otros; relaciones de las que todos hablan pero nadie explica.
Tenéis mucha razón! El trabajo del internacionalista es de gran utilidad en un mundo tan complejo como en el que vivimos.
ResponderEliminar